Es fácil creer que no hay nada menos importante que una aguja rota. Para las japonesas, sin embargo, no es así. Ayer se celebró el Hariyuko o festival de las agujas rotas. Todos los 8 de febrerolas japonesas dedicadas a las labores homenajean sus utensilios rotos y les agradecen por todas las cosas lindas que las ayudaron a hacer.
Las mujeres asisten a los santuarios shintoístas para hacer un funeral a las agujas partidas u oxidadas. Ponen las herramientas en pasteles de tofu o gelatina y les ofrecen plegarias para que el alma que habita en ellas encuentre descanso.
Esto me hizo pensar en cómo muchas veces le damos un significado importante a herramientas que no tienen nada especial. Son producidas industrialmente y todas lucen igual, sin embargo a veces nos encariñamos con ellas. ¿Tienen algún utensilio regalón?