Por Judy Cooper

Sashiko es una técnica de bordado japonesa que en la actualidad da la impresión de ser muy elegante y costosa, pero tuvo su origen en la clase trabajadora y campesina del Japón del siglo XIX. Según las leyes de esa época, sólo los más ricos podían usar telas delicadas y colores brillantes. Los pobres usaban fibra de cáñamo para hacer sus ropas y teñían las telas con índigo, un tinte extraído de una planta que supuestamente repelía insectos y serpientes.

Esta técnica se utilizaba para reforzar tanto las prendas de vestir como las domésticas: era muy importante para elaborar mantas y colchas abrigadoras Lo que hacían era sobreponer varias capas de tela de cáñamo y las unían con puntadas pequeñas y parejas. Pronto la habilidad se fue mejorando y se incorporaron diseños geométricos que representaban cosas de la vida cotidiana japonesa y de la naturaleza.

Al bordar las telas de esta manera se lograba una tela tan firme que hasta la Segunda Guerra Mundial, las chaquetas de los bomberos se hacían de este modo.