Suena como una máquina muy mala, creada por una mente perversa que busca eliminar todos los chalecos. No es así. La inventó Imogen Hedges, estudiante de la universidad de Kingston de Londres, para reutilizar los hilados de la ropa tejida que ya nadie usa.
El aparato funciona con una bicicleta modificada. Simplemente te sientas a pedalear y el hilo, que se deshace lentamente, queda ordenado alrededor de la bicicleta para ser hilado después.