Son entretenidas las olimpiadas ¿no? Puedo quedarme pegada toda una mañana viendo a esos deportistas que hacen cosas imposibles para casi cualquier ser humano. Lo que más me llama la atención de los Juegos Olímpicos es la disciplina de los cuerpos, pero no como algo que haya que celebrar. Ya la palabra disciplina implica un sometimiento: en este caso los participantes se someten a sus propios cuerpos -como si la anatomía y «ellos mismos» fueran algo separado- y a las exigencias de cada deporte.

Ese entrenamiento constante y exagerado es casi tautológico. Los deportistas preparan esos cuerpos para hacer algo que no se puede hacer en ninguna otra circunstancia humana que no sea una competencia. ¿Se imaginan cómo sería la ciudad si nos desenvolviéramos en ella con esas aptitudes? En lugar de andar en vehículos por carreteras existirían largas pistas donde correríamos para llegar dónde queremos, saltaríamos en garrocha para subir al segundo piso y de pronto haríamos coreografías improvisadas con las personas que encontráramos en las piscinas repartidas por todos lados.

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Vía The Telegraph

Al comenzar las olimpiadas de Londres 2012, una misteriosa intervención lanera apareció en Londres. Hasta el momento nadie se ha atribuido la pieza que adorna un paseo marítimo con deportistas tejidos. Los pequeños personajes de palillos hacen imaginar esa ciudad donde todos podemos hacer cosas diferentes y extraordinarias con nuestro cuerpos.

Vía The Thelegraph

Vía The Telegraph