Chiloé es una gran isla al sur de Chile reconocida, entre otras cosas, por su producción lanera. Las artesanas chilotas hacen mucho más que solo tejer las prendas que venden en los mercados y ferias de la zona: muchas de ellas preparan su propia lana, lavándola en ríos, hilándola con husos de madera y tiñiéndola con hierbas y vegetales propios de la isla.
Este año visité Chiloé, igual que el pasado. En esa oportunidad escribí una pequeña guía compartiendo los datos de las lanas que más me gustaron. Yo pensaba que ya lo había todo, pero me equivocaba: encontré una lana maravillosa que debo recomendarles.
La lana chilota es perfecta para tejer prendas y accesorios acordes al clima frío y lluvioso de la isla: frazadas pesadas y gruesas que permiten pasar la noche, ponchos tan densos que no dejan pasar las gotas de lluvia y chalecos que protegen mejor que todas las parkas de marca de los turistas extranjeros. Para poder cumplir esa función, la lana también debe ser gruesa, tosca y pesada, lo que no sirve de mucho para tejer cosas para otros climas.
En Dalcahue, sin embargo, conocí el trabajo de una artesana que hila a mano una de las lanas más suaves que he encontrado en Chile. Es esponjosa y no pica, aunque no por eso deja de ser abrigadora y fuerte. Lo mejor de todo es que hace envíos dentro de todo el país. Si le escriben ella les enviará un catálogo con los diferentes grosores y colores.
Estos son los datos de contacto:
LANAS CHILOÉ
Teléfonos: 9074 5109 y 8133 5253
E-mail: artesaniasenlanaschiloe@gmail.com
Giovanna Monsalve dice
Qué nota más linda.
Uno de mis sueños viajeros es conocer la región de la Guajira en mi país, Colombia. La tradición de tejido que tiene esta comunidad indígena me intriga y fascina a la vez. Quiero agradecer por este post porque me hace ver que he de investigar más sobre el tema y compartirlo, creo que el tema merece más que la pena.
Un abrazo!
Iris dice
Olá, Camila,
Sou do Brasil e estou indo passar alguns dias em Santiago. Você sabe onde posso encontrar lã de Chiloé em Santiago?
Muito obrigada,
Iris