Todas las semanas haré un ejercicio de bordado diferente. Después de trabajar con el punto satinado quería encontrar la manera de tener bordes más prolijos, sin perder el brillo que otorga ese punto. Por eso decidí experimentar con el punto festón. Esta es una puntada que suele utilizarse para terminar bordes, pero que también puede ser muy decorativo. Me encanta su brillo. Pareciera que arregle la foto para que se viera así, pero es todo gracias al punto.
Cómo hice el ejercicio
Dibujé en la tela unas figuras que parecían flores, aunque bien podrían ser amebas 🙂 Finalmente no me guíe tanto por el trazo, pero sí fue necesario para visualizar la composición.
No quería que quedaran juntas dos flores del mismo color, así que usé el teorema de los 4 colores para lograrlo. ¡Matemáticas!
Desde cada uno de los agujeros del centro salen varias puntadas que se expanden como un abanico en el borde. Calculé que para que las flores quedaran con la textura y el brillo adecuados, y que además no me quedara corta cuando estuviera llegando al final, debía hacer 4 puntadas por cada hoyo. Aunque a veces tuve que modificarlo y hacer 3 ó 5.
Qué aprendí del ejercicio
- El brillo de las flores se debe tanto al punto como al uso de hilo de algodón mercerizado de buena calidad. A veces nos tienta comprar de esos baratos de acrílico, pero al hacerlo se desperdician las características de algunos puntos como este, ya que no tienen brillo y su color es deslavado.
- Si es necesario usar el punto satinado, pero se requiere un borde prolijo, el punto festón es la mejor opción para reemplazarlo.
- Igual que con el satinado, hay que cuidar la tensión de las puntadas para que no se deforme la tela.
¿Te gustó este punto? ¿En qué otros proyectos lo ocuparías?
Algunas personas me han preguntado si también pueden realizar estos ejercicios y ¡claro que sí! Mientras más seamos, más cosas aprendemos.