Todas las semanas realizo un ejercicio de bordado para practicar diferentes tipos de puntos, estudiar la composición, ensayar combinaciones de colores y descubrir qué pasa cuando no sigo las reglas. En esta oportunidad trabajé con fotografías antiguas sobre las que bordé.
Cómo hice el ejercicio
Adquirí las fotos hace meses en el Persa Bio Bio. Es entretenido hurgar entre montones de fotografías antiguas de familias que no son la propia, tratando de imaginar el contexto, quiénes son las personas que salen ahí y por qué hacen lo que hacen. A veces incluso se encuentran álbumes enteros de matrimonios o cumpleaños.
Ya había hecho el intento de trabajar con fotografías y ahí descubrí que es mejor agujerearlas antes. En ambas fotografías marqué los puntos iniciales, luego saqué el hilo por ahí para probar el ángulo de cada uno de los haces y fui haciendo los hoyos con esa guía. La verdad es que es muy fácil. Sólo hay que tener cuidado con la tensión de las hebras para no doblar las fotos.
Qué descubrí con el ejercicio
- Que es muy entretenido 🙂
- Que el acto que originalmente está representado en la fotografía puede variar mucho con unas pocas puntadas. Por ejemplo, la foto del viejo jugando pin pon ya era divertida de por sí, pero al agregarle un rayo de luz que se descompone al pasar por la paleta queda más absurdo aún. Y aunque las puntadas son más o menos parecidas, en la otra fotografía cobra un sentido diferente: pareciera que la pareja que está hacia la pared ha descubierto un secreto que nadie más ve.
Cuento Cuentas dice
¡Fantástico trabajo! Muy original la idea de mezclar la fotografía con el bordado, y al estar en blanco y negro destacamuchisimo! Es un ejercicio muy interesante, enhorabuena!
Camila dice
Fue muy entretenido hacerlo 🙂 muchas gracias por tu comentario.
Jose dice
Que lindo Camila! eres una creativa 😉
Camila dice
Gracias, Jose <3