A través de la técnica del crochet escultural, los objetos y joyas de Ulani parecen algo que el mar arrastró: un coral desprendido o una planta que no creció en la tierra. Una cosa que nadie construyó, sino que se hizo sola como un hongo, un rey rata o un ser del espacio exterior.
Lana Bragina teje estas pequeñas esculturas con algodón o lana. Obviamente, ninguna es igual a la otra, pues me da la impresión que las va tejiendo en el momento, aunque probablemente nacen más de la planificación y del detalle que de la espontaneidad. Independiente de su origen, lo que me gusta de estas piezas es que parecen que siempre estuvieron ahí o se formaron a través de los años gracias a la fotosíntesis o qué sé yo.